El contacto con la realidad me deja en la boca
el sabor de una malaria opresiva.
Es una enfermedad que el enemigo aprovecha para rodearme.
En los retazos del miedo anida la soledad,
por eso nos separamos en bloques de pisos,
presidios para nuestros sueños de expansión.
No se trata de que no quede gente buena
sino de que el mal subestima siempre al bien,
igual que el ojo práctico subestima a la poesía
tan sólo viendo manchas de tinta en un papel
susceptible de ser arrojado a la basura.
Dulce es el dolor de sentir los posos de magia
en las líneas escritas de ese papel arrugado
como una carroña en descomposición.
El lenguaje de los muertos,
de los que no estamos.
Fuego fatuo by Jose Ángel Conde is licensed under a
Foto:
-Performance de Olivier de Sagazan.
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