viernes, 3 de octubre de 2014

Variedad de túneles



























El vagón de metro avanza con un suave golpe de los dedos de mi decisión,
cuando entro en su útero de oscuridad prefabricada,
sin que sepamos que supone la mayor pausa de nuestras vidas,
como un gusano primigenio de vinilo
que va recogiendo todos los corazones que escupe la ciudad de su saliva
hecha de jornadas impuestas, grapas de trabajo o de esclavitud
en cuerpos cuyo material formante ya ni se conoce, de puro tergiversado.
La prostitución involuntaria de la voluntad.
Estamos aquí dentro, todos juntos,
en estos intervalos entre estación y estación
que forman ese instante en suspenso,
tan buscado.
¿Por qué no podemos amarnos,
por qué no puedo abrazaros,
separar vuestros asalariados y alquilados cuerpos de mármol
de esas paredes de aluminio que quieren absorberlos,
chuparlos hacia la masa negra del exterior
hasta devolverlos como las páginas inconexas de un libro que nunca se lee?
Yo quiero recoger las hojas y formar con ellas la sangre de un nuevo árbol
que se lee sin necesidad de abrirlo, en cada pared de la ciudad...
pero no sé cómo hacerlo.
Afuera y adentro, entre la vida, sigue lloviendo...

Sabemos por todas las crónicas que el hombre no quiere estar solo
pero puede que no esté hecho para estar acompañado
cuando la luz blanca sale por su boca en las babas del egoísmo
que quieren besar sin importarles lo que ensucian.
No se puede huir, ya jamás se podrá huir hacia los otros.
Si no te llamo no significa que huya de ti;
se trata de no huir de mí,
asistir al espectáculo del mar que se seca en las venas,
cuando mi conocimiento amenaza con matarme,
los desahogos de la razón exprimiéndola en las transfusiones
de los cadavéricos elixires artificiales,
muertos restos y cenizas de otros muertos,
los mundos que me rodean tambaleándose...
Sólo hay vacío detrás del gas que genera las imágenes en las pantallas
y yo desearía que mi voz, que compone palabras solas en la oscuridad,
no fuera devuelta por el techo de mi habitación,
en este mundo.





Poema extraído del poemario "Feto oscuro", de Jose Ángel Conde
publicado por Groenlandia:

http://www.revistagroenlandia.com/PDF/feto-oscuro-jose-angel-conde.pdf 
http://es.scribd.com/doc/51822388/FETO-OSCURO-de-Jose-Angel-Conde 
http://issuu.com/revistagroenlandia/docs/feto_oscuro_de_jos___ngel_conde 


 


Foto:
-Catacumbas de los Capuchinos de Palermo, de Giuseppe Incorpora