Elíptica burlona

 

Al final la nieve se convierte en lluvia:

todas las esperanzas derretidas.

 

Todas las mañanas el sueño me escupe sin piedad

desde el interior de sus abismos eternos.

Mis amigos fantasmas me dejan solo una vez más,

así que salgo afuera como siempre conmigo mismo,

pero sin saber cuál de los dos acaba yendo.

Hasta la elíptica de esos planetas se burla de mí,

su conjunción abriendo mi ridículo hacia los espacios

donde el universo se carcajea de mi absurdo.

Entonces llego a la absoluta certeza que me da sentido,

la de que debo aceptar la completa soledad

como única forma de mirar cara a cara a la verdad,

porque solo hay cierto que los demás no me dejan ser,

porque esta pausa que me rodea se parece demasiado a la muerte,

sin emociones, sin cambios,

tan sólo observando sus grotescas evoluciones,

en un círculo que me encierra por siempre

en el baile cotidiano de sus días,

ya nunca los míos porque no consigo tenerme,

si no me defino,

lejos de todo,

en mi propia apariencia.

Tan sólo me pertenecen la fiebre y las palabras que escribo,

estómago lleno de vida y restos de comida muerta,

existencia robada.

Devorador de palabras.

 

Lo infinitesimal,

lo pequeño de lo pequeño,

somos microorganismos o plancton humano

en un mar relativo que ni acertamos a vislumbrar.

Reencuentros sin resultados ni verdad.

La realidad un conglomerado de oxígeno y tedio,

difíciles ambos de respirar de puro enrarecidos.

El sufriente humano absoluto,

Sincero como una tormenta.

“Aunque eres muy atractiva,

la vida ya es suficientemente difícil vivirla conmigo”. 

Elíptica burlona © 2025 by Jose Ángel Conde Blanco 

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Foto:

-"Teoría del miedo" de Mariusz Lewandowski.