Confusa música de jazz del vagón de
metro
que llena otra vez mi cabeza con su
reprimenda negra,
sólo entendible para mi córtex
interno.
En la parada de mi deambular,
pisando una a una todas las
monótonas estaciones,
me observo reflejado en la
oscuridad,
mi cara un zarpazo definitivo
marcado por mi mano en la piel de mi cabeza.
Las Disas descansan en sus pechos
de madre,
las promesas que su esperanza
confundida duda en darme,
estrellas brillando en los pezones
de sus piercings,
mis bellas joyas mundanas.
Las espaldas se me ofrecen como
hormigueros de columnas
que erigieran un templo de
objetividad en el que encerrarme.
Afuera de todo esto vuelvo siempre
y caigo,
y caigo contra el suelo,
sin metáfora ni posible moraleja,
contra la mismedad del mismísimo
suelo,
como respuesta a mis discusiones
casi mortales con la ebriedad.
Al levantarme de la corteza de
acera
los cráteres marcan agujeros en mi
rostro
donde poder leer o introducir las
experiencias,
y así con esta nueva cara tomo
posesión de este planeta,
para darle la forma y el color que
no poseía.
Extraído del poemario digital Feto oscuro, publicado por GROENLANDIA.
Disponible en los siguientes links:
http://es.scribd.com/doc/51822388/FETO-OSCURO-de-Jose-Angel-Conde
http://issuu.com/revistagroenlandia/docs/feto_oscuro_de_jos___ngel_conde
http://issuu.com/revistagroenlandia/docs/feto_oscuro_de_jos___ngel_conde
Foto:
-Viñeta de la novela gráfica Sin City, de Frank Miller