jueves, 29 de octubre de 2020

Gritos nórdicos

 


Se levanta un oleaje negativo.

Aparto mi mirada en el metro

y por las noches bulle el deseo

de exprimir la carne

para sacar la sangre

que riegue con novedades

el páramo de los que sobrevivimos.

 

Me falta la dulce espuma

de una boca altruista

y sólo tengo gestos estereotipados

en una mano llena de cables,

conectada a mi cerebro,

que coge y coge sin apresar.

Mis ojos son el proyector

y veo desarrollarse la película

frente a aquello que nunca alcanzo

porque no quiero alcanzarlo,

substrayendo momentos de codeína,

tranquilidad pasajera

en medio de un dolor de hábitos,

vasos como pulmones

y aliento como cuenta atrás.

 

Sobrando la piel

estalla como la resaca del ártico,

encima de mi cabeza,

muy lejos,

y en la nuca queda el poso

de caricias esponjosas,

procedentes de un océano de carne demiúrgica

que no consigo volver a reunir

pero por el que grita silencioso

el arcángel caído que llevo dentro.

 

Gritos nórdicos

cuando nadie te oye

buscando congelar el cielo...

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                                 Gritos nórdicos por Jose Ángel Conde 

                                 se distribuye bajo una

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Foto:

-Birthmark de Erlend Mørk