Una mariposa diseccionada por las líneas de definición del televisor
y yo tumbado en mi cama,
meditando para invocar
algún oscuro demonio o dios arcaico.
El silencio en mi mente sería la más grata bendición
y tus brazos
como catapulta a la vida.
¿Qué clase de flores somos en este jardín?
Sea lo que sea,
nuestra polinización se hace con copos de sangre.
Foto: Ian Curtis.
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