domingo, 13 de julio de 2025

El cuerpo alfanumérico

 


 

 

Marketing del olvido, el bosque de envoltorios no deja ver los árboles que lo consumen y lo compran todos los días, individuos confundidos debajo del entramado de precios y cuentas corrientes, dígitos que gritan sin reconocerse, el ruido de fondo del nuevo desorden mundial. Los maniquíes desfilan desamamantados por sus apps, escondidos detrás de sus teléfonos móviles, un totalitarismo de poses y menudencias lanzando los inhibidores de frecuencia existencial de la vanidad y la moda, de su escondido miedo a la muerte en aras de la optimización y la efectividad, paseando sobre las ruinas de carisma que demolió la competitividad, encerrados en trayectorias criptorectilíneas, directamente paralelas a los edificios diseñados por los arquitectos de lo establecido, bajo un cielo de colorido gris tedio, mientras resbalo por el muro de la realidad, codo a codo contra el control, espalda de lo vivo.

Debajo de nuestra pretendida solidez sin emociones las cucarachas arden con el olor de la putrefacción, como en un enterrado responso, en un alarido encriptado de códigos hexadecimales y binarios, primigenios. Quisiera amarte, aunque no sé quién eres, pero no puedo acceder a tu carne cuando el resto del mundo me grita al unísono que me descargue en un alienado sucedáneo de kundalini, destello de pseudoliberación programada detrás de todos los escaparates y fetiches de plástico, o que forme una familia con permanente síndrome de abstinencia material, con sus destinos hipotecados a los dioses del humo de crédito, cuando sólo quiero amarte, y por ello me desgarro perdido y solitario entre los escombros de lo organizado. Mi vida sólo es mía cuando fluye sin sentido, alejada cada vez más de todo lo demás, con una inexistente clave de acceso, log in, log out, control z de lo posible.

El cuerpo alfanumérico vive dentro, junto a la descarga del código fuente que no ha solicitado, ideas, números, letras, torturando sus sentidos desde el agujero negro de la necesidad del sentimiento, el morse cibernético de lo eterno condenando su existencia. No pienso en mi amor porque ya no existe, tan sólo el arte de crearlo, mi golem virtual, pensando, creando, extendiéndose por todas partes para perpetuar la vida sobre el código máquina de la muerte, el hipertexto de la locura, una piel infinita que podría estar tejiendo durante todos los instantes de mi existencia infinitesimal sin necesidad de dormir, la belleza, la realidad, las Diosas Madres transmutadas en grafemas y cifras, sentido puro autónomo, cinética espontánea de la existencia lógica, estallando mi mente de información y creatividad.

 

El cuerpo alfanumérico © 2025 by Jose Ángel Conde Blanco is licensed under CC BY-SA 4.0 

 

Foto:

-Posthumano de Felipe Vasquez.

 

 

 

 

 

  

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