El espacio es lo que es.
Tu vello se convierte
en ejércitos de cucarachas acorazadas
en constante movimiento.
Tu mente cabe en un botón....
o en una píldora.
Las partículas de todas las mentes
forman la infinita nada que me rodea.
Me tiré en marcha de NMC
(“Nave Mundo Ciudad”)
de una cosa organizada y caníbal
que llamaban Planeta Tierra,
destruida una y otra vez
hasta que no quedó más
que este asfixiante grano de arena metálico
surcando la galaxia por los siglos de los siglos.
Allí
todo sabía como un refrito
de sensaciones impuestas,
una piscina metálica
que amenazaba con ser segura y única
aunque, de vez en cuando,
respirabas sensaciones que no encajaban,
trenes perceptivos
que cortaban el paisaje “real”
a toda velocidad.
Ver una estrella fugaz
en el vacío espacial
es indescriptible,
Nada que ver
con el “planeta madre”.
Pero yo sabía que mi “madre”
estaba en otra parte.
De tanto amar la nave
acabé odiándola,
así que preparé las maletas
para otra dimensión.
Besé al demiurgo,
que es muy dulce
y no tiene sexo.
Las estrellas son granos
o los poros de tu piel.Foto:
-"NMC", ilustración de Jose Ángel Conde (Josef A.)