El tiempo se estira y las horas desaparecen mientras camino por mi hogar. Una bebida se tumba verticalmente sobre mí, burbujeando con sus gases de forma obscena. Tampoco me responde, aunque no dejamos de mirarnos, autopsia de una coca-cola, dedos arácnidos repiqueteando sobre el vaso, la música de la ansiedad tejiendo una telaraña con que asir el tiempo o tan frágil que le dé la sensación de poder escapar. Completamente ebrio de existencia, sin conciencia, la luz del mundo se vuelve ocre y amarillenta cuando el infierno cósmico entra en la atmósfera, sus lámparas alumbrando mi techo, y lo que ilumina se vuelve oscuro, descompuesto en corpúsculos de luz demoníacos, como enormes bolas de polen que arden de cansancio ante los ojos, puede que sólo los míos.
Veo amanecer el fuego del interior del mundo, su magma encolerizado, entre la muchedumbre amorfa de un sótano. La abulia del propio cansancio me deja postrado, y cuando me despierto de mi letargo me voy obligado a atravesar una jungla de navajas. Un sueño todavía, y me retuerzo en la cama como una crisálida dentro de la que protestan sus raíces internas, creciendo, queriendo escapar de mí. Los huesos de una cucaracha aplauden sobre el suelo y mi conciencia sale en forma de niebla por mis oídos.
Ahí están, las palabras, como siempre hablando conmigo, conscientes de su necesidad e inevitabilidad, plasmación eterna del flujo incesante de los átomos de la vida corriendo por el pensamiento. Fuera, todas las otras palabras me resultan ajenas, ya nunca más son palabras. Forman parte de un espectáculo representado en un escenario que se monta todos los días para justificar la existencia de sus actores. En el marco ectoplásmico que mis ojos abren, encuadrando lo que ven, está la vida, pero yo no estoy. Yo estoy muerto, y escucho la historia que me cuentan las palabras y las ideas como gusanos descomponiendo mi mente. El aliento es frío.
El polvo del sótano by Jose Ángel Conde Blanco is licensed under CC BY-SA 4.0
Foto:
-Cadáver de niña transformado en muñeca por Anatoly Movskin (Ministerio del Interior de Rusia).
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