martes, 17 de diciembre de 2024

El desnudo doble de la esencia

 

 

La ciudad se va desgastando

a medida que camino por su suelo

y se aleja arrastrada por los torrentes implacables

que genera la lluvia,

golpeando a la civilización

en una justa venganza apocalíptica

que me deja solo una vez más

frente al espejo del instante.

Encerrada en una intimidad digital,

un arco electromagnético provocado

por los electrones que desprende el insomnio,

la recta de mi percepción se encuentra a sí misma

en un círculo que se cierra,

la cinta de Moebius en la que me suelo encerrar

para reducirme hasta la eternidad del amor

muy dentro de mí,

la zona inexplorada de mi sentimiento.

Ahí las imágenes emitidas por el lejano mundo

se quedan a vivir para siempre,

en un síndrome de Stendhal

que duele como una permanente autopsia,

inevitable, trascendente.

Entonces los cuerpos desnudos de mujer,

idénticos a sí mismos,

se funden en la posición de sus miradas unidas,

escapando del exterior para explicarse

en sus inocentes posturas sinusoidales,

donde el movimiento se resume

en una quietud de respuesta,

de vida latiendo en sus cuerpos

más allá del sentido,

donde las bocas hablan el aire,

donde los ojos moldean lo existente.

Sólo puedo amar a estos dos cuerpos,

condenado a no poder salir de ellos,

y cuando recupero la consciencia

no puedo evitar dormirme

para escapar de mí,

en un suicidio virtual,

el desnudo doble de la esencia.

El desnudo doble de la esencia  

by José Ángel Conde Blanco is licensed under 

CC BY-SA 4.0

 

Foto:

-Esqueleto de niños gemelos siameses de Ulay & Marina Abramovic.



 

 

 

 

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