sábado, 27 de noviembre de 2010

El beso del elfo




Unas veces somos cíclopes y lo vemos todo con un solo ojo
que coincide con el de nuestro vaso,
al que miramos de frente y sin miedo.
La realidad pasa a ser lo que es.
Corremos por las calles, que son el laberinto minoico,
y nuestras risas rinden al Minotauro.
También bailamos el karma.

A veces salimos a volar con elfos
y entonces la gente se convierte
en átomos, en luces o en gotas de agua,
y nos empapamos de ellos,
tomamos un baño de vida.
Los charcos de la calle son de diamante
y subimos con el elfo por andamios de oro,
nuestras manos sobre las suyas,
y arriba, en el techo del cosmos,
admiramos nuestra obra,
el viento despeina nuestros salvajes cabellos
y nos besamos.
Las cosas son guirnaldas de infinitos colores
que cuelgan del cielo
y el elfo dice: “Han puesto esto aquí para nosotros”.

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Poema publicado en la antología "Mañana Luminosa" y en la web site www.centropoetico.com. 2001













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