martes, 11 de noviembre de 2014

El ronin existencial

























El tiempo no es consciente de lo que es,
el tiempo no sabe ni que existe,
pero aún así deja caer los ladrillos
para formar un muro de contención que rodea todo,
lleno de graffitis obscenos y heréticos,
sepultando a los que pasan por debajo,
carcomido por el olor a carne muerta,
basura besando sus bordes.
El bebé vendado habla con el perro
Pero su pelota de goma no derriba la pared.

Vosotros no prestáis atención,
no paráis de mirarme,
pero siempre hacia fuera;
lo hacéis todo hacia fuera,
seríais capaces de cortarnos los miembros
para acabar con la monotonía;
vuestra ignorancia es vuestra única sabiduría
y así facilitáis el emparedamiento universal.

Sólo queda algo corto como una aguja,
lo comprendo;
infinitesimales orgías deslumbrantes,
muescas en una cadena
que nos sirve de médula espinal.
Sé todo esto y muchas cosas más
gracias a tener el cuerpo lleno de tatuajes,
escarificaciones que me aplican los instantes
y que me endurecen la piel.
Camino hacia el ronin existencial,
que lucha solo contra toda tribu,
respirando sangre en cada batalla.


Extraído del poemario "Fiebres galantes", publicado por Shiboleth. Disponible en:


Foto:
-Ilustración de Tim Bradstreet para el cómic Hellblazer
  






 

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