Los costillares gigantes no paran
de abrirse y cerrarse,
cada vez más rápido,
como ventanas zarandeadas por el
viento,
colgados por todas las paredes de
la inmensa recepción de la pensión,
con un encargado sin huesos, pero
hecho de ellos.
Órganos, carnicero, matar al
cantautor,
gentes felices que te lapidan con
su contentamiento,
gafas de sol y orgasmo lobulado
ante una alergia al polen mortal,
sangre, militarismo, odio a la
mujer,
no hay inspiración,
creación mediocre en la sombra
sólo conocida por:
a)
suicidio
b)
asesinato
c)
masacre
Versos como eructos sincopados,
forzados y ruidosos como el gas
e igualmente vacíos.
Matemos a las flores.
Conformista engañado soy
escribiendo cada día para
autojustificar
en vez de cauterizar sus errores
y la estupidez en que me quieren
sumir
con láseres y tenazas ardiendo.
Tengo derecho a mis breves momentos
de tedio,
no me los podéis quitar.
Foto:
-TOTT’s Last Cartoon, ilustración de Thomas Ott