jueves, 6 de agosto de 2015

Cuaderno de hueso


























Los costillares gigantes no paran de abrirse y cerrarse,
cada vez más rápido,
como ventanas zarandeadas por el viento,
colgados por todas las paredes de la inmensa recepción de la pensión,
con un encargado sin huesos, pero hecho de ellos.
Órganos, carnicero, matar al cantautor,
gentes felices que te lapidan con su contentamiento,
gafas de sol y orgasmo lobulado ante una alergia al polen mortal,
sangre, militarismo, odio a la mujer,
no hay inspiración,
creación mediocre en la sombra
sólo conocida por:
a)      suicidio
b)      asesinato
c)      masacre
Versos como eructos sincopados,
forzados y ruidosos como el gas
e igualmente vacíos.
Matemos a las flores.
Conformista engañado soy
escribiendo cada día para autojustificar
en vez de cauterizar sus errores
y la estupidez en que me quieren sumir
con láseres y tenazas ardiendo.
Tengo derecho a mis breves momentos de tedio,
no me los podéis quitar.




Foto:
-TOTT’s Last Cartoon, ilustración de Thomas Ott