domingo, 3 de agosto de 2014

El fantasma de niebla y la Hija del Sol


























¿Quién es este fantasma de niebla
que se ha colado a besos dentro de tu vida,
que mira dentro de tu lejanía
para averiguar el color de tu pelo?
Entro por el aire cuando estás cerrada
y tu quietud y tu ausencia me alimentan,
triturando los gusanos de mi muerte,
haciendo volar las cenizas de mi culpa
sólo con el silencio,
los jeroglíficos vivientes que caminan por mi mente
definiendo la certeza matemática de tu existencia.

Venimos de la misma antigüedad
y en este presente nos seguimos encontrando
reunidos en una pirámide de relaciones humanas,
encuentros, desencuentros y palabras no dichas
convergiendo en el vértice hacia nuestra comprensión
para establecer el contacto actual,
tras las luchas de dioses antiguos como sentimientos,
protagonizando las leyendas eternas de los pares,
las historias que siempre se repiten entre dos,
entre los muchos que somos,
en los granos de arena de este infinito desierto.

Mis arenas lloran por las pasadas tormentas
y temen no ser dignas de la Hija del Sol,
de sus desinteresados besos con saliva de astro,
miel procedente de la sencillez y de la conciencia.
Lejos del tiempo de comienzos faraónicos de una persona,
en todos estos presentes metálicos,
tu voz es una rosa a través de la línea telefónica de las lejanías
que transmite las lunas a los comunicantes,
garganta naranja en un medio azul,
pero cuando me hablas me tocas.
Si llegamos a abrazarnos
lo hacemos como escarabajos dorados,
inconscientemente ordenados
por los dioses que habitan en todos nuestros miembros,
poros que vuelan reafirmándose en los del otro,
cubriendo un viaje más lejano de lo que parece,
el encuentro de las personas
donde reina el silencio
que nadie ha visto o no suele ver.
Acariciando tu vello primigenio
surge la espuma que calma este mar de deseo.

En el cielo me miras desde todas las estrellas
pero sólo aquella es la que anida dentro de tu pecho,
coraza protectora de nuestros planetas.
Idiomas muertos y aún por nacer
se despliegan en el papiro de tu cuerpo
y juntos los leemos como reyes de nosotros mismos.
Todo sucede aquí, ¿no te das cuenta?,
en esta tierra y en este tiempo,
dondequiera que existamos...




Safe Creative #1408031697678




Foto:
-Ilustración de Christopher Shy