Reflexiones de madera.
¿Qué pensará mi padre cuando me oye
hablar solo?
Mi madre también lo hacía.
¿Por qué no le preocupa el sonido
de cabezas cortadas
en lo más hondo del sotano?
Ahí, en lo oscuro, hay mucho ruido,
pero nadie parece interesado en
oírlo.
¿Será por eso que me siento tan
solo?
Se enciende una autopista en mi
cerebro
plagada de bólidos fantásticos.
Duele mucho cuando quieren salir y
no pueden;
es un terremoto psicosomático,
la frialdad contra la amargura.
Las grietas del cráneo se cierran
y no dejan un solo sitio a los
sentimientos.
En este planeta de insulsez
soy un alienígena forzoso
que cortocircuita las energías de
las almas
cuando paso a vuestro lado.
Fotografía:
-Imagen de Yang Shaobin
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