Niebla naranja

No dejo de soltar plumas
que quieren y consiguen volar
cuando salen,
necesarias,
tras el leve roce angustioso.
Plumas en torno a todo,
plumas en torno a ti.
Tal vez vuelven a donde pertenecen.
Soy un caído del amor
abrazado por sus torbellinos y espirales,
mecido y aplastado en la suavidad de su abismo,
caliente dentro de sus internos interiores,
estando dentro de mí en todas partes,
eternamente dentro del tiempo,
eternamente dentro del ser,
para serme entrando y saliendo,
a cada hálito y cada mirada y cada roce
sintiendo,
entrando en todas las realidades y dimensiones,
entrando en todos los dolores y placeres,
entrando ardiendo en el fuego
y saliendo fluyendo
en agujeros que se abren y se cierran a sí mismos
e inexplicables,
lenguaje en los volcanes,
silencio en los glaciares,
polisemia de vuelos y caminos, de vidas y muertes,
mundos retrotraídos y explotados en la tristeza,
galaxias brotadas y encendidas en la alegría,
visión de oscuridades,
ceguera de cielos brillantes,
un cuerpo convulso que no deja de latir
interpretando una canción de vida y pasión,
cuando la carne quiere volar inmaterialmente,
cuando los pensamientos piden sangre a gritos,
bombeados todos por un corazón de mil prismas
en los que viven y se miran a sí mismos,
unidos por sus explosiones y sus atracciones,
la inocencia del caos que continuamente se crea
deseoso de saber sufriendo la vida,
el incomprensible beso de la existencia
cuando la conciencia sabe que ama
y crea su marea en múltiples olas de sentimiento
entrando y saliendo y viviendo al mismo tiempo
dentro de mí y dentro de ti.
Retazos de paisaje,
sentimiento de tierra que copula con la luna,
matriz techo de algún cielo
y piel de fina lluvia
luchando con charcos y barro
para enlazarnos.
El amor es la retroalimentación
de los átomos que nunca se separan.
No sé cómo empezó la transición
a empezar a conocerlo todo,
cuando mi corazón empezó a latir
el vapor que me rodea,
cuando la culpa abrió los ojos
al consuelo de los tuyos,
porque tienes la belleza de la necesidad,
tú que sabes serte,
el translucido cuerpo de niebla naranja
superpuesto a la opacidad de lo real
y a través del que veo.



Poema premiado con el accésit de poesía del V Certamen de Literatura AENIGMA. Publicado en la antología "El tamaño del tiempo. Premios de poesía, relato breve y teatro AENIGMA 2005, 2006 Y 2007". Anroart Ediciones. ISBN 978-84-96887-57-2. 2007.




 



Foto:
-"Niebla naranja", ilustración de Jose Ángel Conde (Josef A.)